Northvolt: cómo la bancarrota del gigante de baterías sacude la industria europea
La quiebra de la empresa sueca afecta no solo a sus empleados, sino también a la estrategia europea para competir con China en el sector de baterías.
La reciente declaración de bancarrota de Northvolt ha generado un fuerte impacto en la industria europea de baterías.
La empresa, que tenía una deuda superior a los 8.000 millones de dólares, no logró asegurar la financiación necesaria para continuar operando, lo que ha puesto en riesgo 5.000 empleos y ha golpeado la estrategia de la Unión Europea para reducir su dependencia de fabricantes asiáticos.
Bancarrota histórica para Suecia
Fundada en 2016 con el respaldo de gigantes como Volkswagen y Goldman Sachs, Northvolt recibió más de 10.000 millones de dólares en financiamiento. Sin embargo, las crecientes dificultades para aumentar la producción en su planta de Skellefteå, junto con problemas financieros, llevaron a la compañía a solicitar en noviembre protección por bancarrota bajo el Capítulo 11 en EE. UU.
“Esta fue una decisión que no tomamos a la ligera” afirmó el presidente de Northvolt, Tom Johnstone, quien explicó que se exploraron todas las alternativas antes de recurrir a la bancarrota.
El impacto de la quiebra es significativo, no solo por los 5.000 empleos en riesgo, sino porque representa uno de los fracasos empresariales más grandes en la historia de Suecia, comparable con la bancarrota de Saab Automobile hace más de una década.
El alcalde de Skellefteå, Lorents Burman, advirtió sobre la magnitud del problema: “Es importante enfatizar que lo que ahora afecta a Skellefteå en el corto plazo afectará a Suecia y Europa de manera mucho más severa”.
Golpe para la industria automotriz europea
La industria automotriz europea había depositado grandes expectativas en Northvolt para reducir la dependencia de fabricantes chinos como CATL y BYD. Sin embargo, la quiebra de la compañía obliga a las automotrices a replantear sus estrategias de abastecimiento.
Porsche, que tenía contratos de suministro con Northvolt, ya ha comenzado a buscar alternativas. BMW, por su parte, canceló en junio un pedido de 2.000 millones de dólares tras el incumplimiento de la compañía en un contrato de largo plazo.
Algunos inversionistas han reducido el valor de sus participaciones en Northvolt a cero, mientras que Scania ha asegurado nuevas fuentes de baterías.
Ahora, un administrador judicial supervisará el proceso de bancarrota, que incluye la venta de activos y la liquidación de las obligaciones pendientes.
