
Preocupación en Brasil por la avalancha de autos eléctricos chinos
El ingreso masivo de vehículos eléctricos desde China genera tensiones en la industria automotriz brasileña y pone en jaque la producción nacional.
La llegada de un gigantesco buque carguero con miles de autos eléctricos al puerto de Itajaí marcó un nuevo hito en la creciente presencia de fabricantes chinos en Brasil.
Detrás del impacto visual del barco, equivalente a 20 campos de fútbol en vehículos, hay una preocupación creciente entre fabricantes locales, sindicatos y autoridades. La competencia china podría frenar la recuperación de la industria automotriz brasileña, de acuerdo a un reporte de Reuters.
BYD, el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, lidera esta ofensiva. En lo que va del año, ya ha enviado a Brasil cuatro cargamentos con cerca de 22.000 autos. Y todo indica que esto es solo el principio.
Según datos de la asociación automotriz brasileña ANFAVEA, se espera que las importaciones de autos fabricados en China crezcan un 40 % en 2025, lo que representaría un 8 % del total de matriculaciones.
Riesgo para la industria local
El problema, según representantes del sector, es que estas importaciones están aprovechando barreras arancelarias temporales más bajas para inundar el mercado sin generar empleos locales.
“Países de todo el mundo empezaron a cerrar sus puertas a los chinos, pero Brasil no lo hizo”, afirmó Aroaldo da Silva, sindicalista de IndustriALL Brasil.
Por eso, ANFAVEA ha pedido al gobierno que adelante un año el aumento progresivo del arancel de importación para vehículos eléctricos, actualmente en 10 %, pero previsto a subir a 35 % en 2026.
Aunque BYD planea iniciar producción local en una planta comprada a Ford en el estado de Bahía, diversos retrasos, incluyendo una investigación por abusos laborales, han pospuesto su funcionamiento pleno hasta diciembre de 2026.
En paralelo, GWM, otro gigante chino, también ha postergado el inicio de operaciones en una planta adquirida a Mercedes-Benz.
Autos verdes, economía en rojo
El dilema es complejo. Brasil busca acelerar su transición hacia la movilidad eléctrica y depende fuertemente de las importaciones chinas para lograrlo.
Hoy, más del 80 % de los autos eléctricos vendidos en el país provienen de China. Pero si esa transición no va de la mano con el desarrollo industrial local, el avance podría terminar siendo insostenible a largo plazo.