
Intel reduce empleos en EE. UU. e Israel y evalúa el futuro de su planta en Kiryat Gat
La compañía recorta personal en sus unidades de foundry y tecnología automotriz, mientras se plantea el cierre de una planta clave en Israel.
Intel inició esta semana una nueva ronda de despidos que afectará a miles de empleados tanto en Estados Unidos como en Israel.
Según reportes de Oregon Live y CTech, los recortes comenzaron oficialmente el 7 de julio y abarcan principalmente a las áreas de foundry y tecnología automotriz, sectores en los que Intel está aplicando ajustes significativos.
Plantas en EE. UU. también afectadas
En Estados Unidos, el medio Oregon Live indicó que Intel notificó el mes pasado a su equipo de foundry que entre un 15 % y un 20 % de los puestos serían eliminados. Esto equivale a varios miles de empleos, aunque la empresa no ha confirmado públicamente la cifra total ni la duración del proceso.
En paralelo, se anunció el cierre de la división de tecnología automotriz, lo que implica despidos masivos en ese segmento.
Oregon fue uno de los estados más golpeados. Solo el año pasado, Intel eliminó unos 3.000 puestos allí, y ahora las cifras parecen similares.
Además, la empresa informó a las autoridades de California que despedirá a poco más de 100 trabajadores en su sede del Silicon Valley.
Kiryat Gat: un símbolo en riesgo
En Israel, la situación también es crítica. CTech reportó que el mismo 7 de julio comenzaron a enviarse notificaciones de despido, y por primera vez se verán afectados empleados de la planta de Kiryat Gat.
Esta instalación, que emplea a unas 4.000 personas y ha operado por más de dos décadas, había estado protegida de anteriores recortes gracias a subvenciones estatales. Sin embargo, ahora está bajo evaluación debido a su uso de tecnologías consideradas obsoletas, como los procesos de 7 nm y 10 nm.
Según el medio israelí Globes, aunque la planta tiene capacidad para adoptar procesos más modernos, su volumen de producción ha disminuido, lo que abre la puerta a una posible clausura.
Intel aún no ha hecho una declaración oficial sobre el alcance completo de los recortes ni sobre el destino de la planta en Kiryat Gat, pero la tensión entre los trabajadores es palpable.