
EE. UU. considera invertir en Intel para impulsar la industria de chips
Las acciones de Intel subieron tras informes de que el gobierno estadounidense podría adquirir una participación en la empresa para apoyar su recuperación tecnológica.
Las acciones de Intel repuntaron casi un 4% este viernes luego de que Bloomberg News informara que la administración del presidente Donald Trump está evaluando la posibilidad de comprar una participación en la compañía, como parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer la producción de semiconductores en Estados Unidos.
La noticia surge después de una reunión entre Trump y el nuevo CEO de Intel, Lip-Bu Tan, en un contexto tenso.
De acuerdo con Reuters, el mandatario había exigido la renuncia de Tan por sus supuestos vínculos con empresas chinas, calificándolos de “altamente conflictivos”. Sin embargo, tras el encuentro, Trump lo describió como “muy interesante”.
Una estrategia poco convencional
Esta posible inversión seguiría la línea de decisiones inéditas del actual gobierno, como la reciente intervención en la industria de tierras raras, donde el Departamento de Defensa se convirtió en el principal accionista de MP Materials.
Según Bloomberg, la compra de acciones en Intel se financiaría con recursos de la Ley CHIPS de 2022, firmada originalmente bajo el mandato de Joe Biden.
El objetivo sería respaldar el giro estratégico de Intel, que en 2023 recibió casi 8.000 millones de dólares en subsidios para construir nuevas fábricas en Ohio y otros estados.
Aunque el anterior CEO, Pat Gelsinger, apostó fuerte por recuperar el liderazgo en manufactura, Tan ha adoptado una postura más cautelosa, reduciendo el ritmo de construcción y supeditando los proyectos a la demanda del mercado.
¿Un salvavidas o un parche temporal?
Expertos creen que el respaldo del gobierno podría darle a Intel el tiempo necesario para recuperar su unidad de foundry, que actualmente opera con pérdidas.
Sin embargo, advierten que los problemas estructurales de la compañía persisten. Tiene una hoja de ruta tecnológica débil, escasa presencia en chips de inteligencia artificial y enfrenta una creciente competencia en PC y centros de datos por parte de AMD.
Además, informes recientes revelan problemas de calidad en el nuevo proceso de fabricación 18A de Intel, mientras la compañía aún depende parcialmente de TSMC para producir algunos de sus propios chips.
Desde la Casa Blanca ni desde Intel han emitido comentarios oficiales hasta el momento.