Corea del Sur depende de China para materiales clave en semiconductores
La creciente dependencia de Corea del Sur de China para minerales esenciales en la producción de semiconductores, como el silicio, preocupa a la industria tecnológica del país asiático.
A pesar de los esfuerzos por diversificar las cadenas de suministro, Corea del Sur se enfrenta a una dependencia creciente de China para obtener materiales críticos en la fabricación de semiconductores.
Según un informe reciente del Instituto de Investigación Económica de la Eximbank de Corea, citado por Trendforce se ha incrementado considerablemente la importación de materiales como silicio, germanio, galio e indio desde el país vecino.
Materiales esenciales y su creciente dependencia
El informe detalla que el silicio, fundamental en la producción de obleas de semiconductores, es uno de los recursos cuya importación desde China ha aumentado, pasando del 68.8% en 2022 al 75.4%.
A esto se suma la dependencia de tierras raras, necesarias para abrasivos de semiconductores, así como de tungsteno, esencial para el cableado de metal en estos dispositivos.
Otro factor que contribuye a esta dependencia es el control que China ejerce sobre la producción de minerales como el germanio y el galio, utilizados en semiconductores avanzados.
Según el informe, Corea del Sur ha aumentado su importación de germanio en un 17.4%, llegando a un 74.3% de dependencia en 2022, mientras que el galio e indio han subido un 20.5%, alcanzando el 46.7%.
Restricciones chinas y su impacto en Corea del Sur
El informe también destaca que desde agosto de 2022, el gobierno chino ha impuesto restricciones a la exportación de minerales clave como respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos.
No obstante, la producción local de empresas chinas no ha disminuido de manera significativa. Esto ha permitido a grandes compañías surcoreanas como Samsung aumentar su capacidad de producción en China.
Samsung, por ejemplo, ha logrado incrementar la participación de su planta de NAND Flash en Xi’an, que representa el 37% de su capacidad total en 2023, con previsión de alcanzar el 40% para el cierre del año.
Esta situación refleja el complejo escenario en el que se encuentra Corea del Sur. El país intenta mantener su liderazgo en semiconductores, mientras enfrenta una creciente dependencia de China para sus materias primas.