La UE avanza hacia la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos
Los Estados miembros han respaldado la propuesta de Bruselas, que busca proteger la industria europea de prácticas desleales en el mercado automotriz.
La Comisión Europea logró el respaldo necesario de los Estados miembros para avanzar en la imposición de aranceles definitivos sobre las importaciones de vehículos eléctricos a batería (BEV) procedentes de China. Así lo confirmó la propia Comisión Europea a través de un comunicado.
Esta medida, que responde a una investigación antisubvenciones, apunta a contrarrestar los efectos negativos de los subsidios gubernamentales chinos, que han permitido a los fabricantes del gigante asiático vender sus productos a precios más bajos, lo que amenaza a los competidores europeos.
Aranceles y controversia dentro de la UE
La propuesta de la Comisión establece aranceles escalonados de hasta 45%. Entre las empresas afectadas se encuentran BYD, Geely y SAIC, tres de los gigantes automotrices chinos, que han incrementado su presencia en el mercado europeo en los últimos años.
Sin embargo, no todos los países de la UE apoyaron esta medida, según una publicación de Reuters. Alemania y Hungría manifestaron su preocupación por las posibles represalias comerciales de China y el impacto que estas podrían tener en sus propias economías.
En particular, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, advirtió que la UE se está encaminando hacia una «Guerra Fría económica» con China, lo que podría perjudicar las relaciones comerciales globales y dificultar la venta de productos europeos si el mercado internacional se fragmenta.
Por otro lado, países como Francia, Italia y Polonia respaldaron firmemente la iniciativa, argumentando que es crucial para proteger a los fabricantes europeos, que enfrentan una competencia desleal. En total, diez Estados miembros votaron a favor de los aranceles, cinco en contra y doce se abstuvieron, destacando las divisiones internas en el bloque.
A pesar del avance de los aranceles, la Unión Europea y China mantienen un diálogo activo para encontrar una solución que no escale el conflicto comercial.
Cualquier acuerdo deberá cumplir con las normativas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y ser aplicable de manera transparente y efectiva. Este esfuerzo por encontrar una solución negociada refleja la intención de ambas partes de evitar un conflicto comercial mayor.
