Trabajadores de Volkswagen inician huelga: temen por el futuro de la planta
Los trabajadores han intensificado su protesta, exigiendo claridad sobre el futuro de la planta ante una posible reestructuración de la empresa.
En Osnabrück, Alemania, los empleados de la planta de Volkswagen han dado un paso más en su lucha contra la incertidumbre laboral que enfrentan.
Recientemente, se declararon en huelga, alarmados por la posibilidad de que el sitio de producción sea cerrado en el marco de una reestructuración de la compañía. Esta es la segunda huelga en las últimas semanas, y refleja un creciente descontento en un contexto de fuertes recortes en el sector automotriz alemán.
Un reclamo salarial en medio de la incertidumbre
La huelga es parte de una protesta liderada por el sindicato IG Metall, que exige un aumento salarial del 7% para los empleados de la planta y de la región.
La respuesta de las asociaciones de empleadores ha sido ofrecer solo un 3,6% de incremento en un período de 27 meses, lo que para los trabajadores resulta insuficiente, sobre todo frente a la creciente presión financiera que muchos experimentan.
IG Metall, sindicato con amplia representación en la región, organizó una marcha hacia su sede local en Osnabrück, donde los trabajadores de Volkswagen se unieron a otros empleados de la zona, mostrando solidaridad frente a la postura de la compañía y de las asociaciones patronales.
Cambios en la producción aumentan el riesgo de cierre
La planta de Osnabrück se dedica actualmente a fabricar algunos de los modelos más destacados de Porsche, como el Cayman y el Boxster, así como el T-Roc Cabriolet de Volkswagen.
Sin embargo, recientemente Porsche decidió trasladar la producción futura del Cayman y Boxster a Stuttgart-Zuffenhausen. Además, Volkswagen planea discontinuar el T-Roc Cabriolet en 2024, lo que podría dejar a la planta sin un volumen de producción rentable.
Para complicar aún más el panorama, Daniela Cavallo, líder del comité de empresa de Volkswagen, afirmó que Porsche considera finalizar su relación con Osnabrück, un anuncio que acentúa la inseguridad de los 2.300 empleados de la planta.
Según IG Metall, el sindicato continuará presionando tanto para obtener mejoras salariales como para asegurar el futuro de la planta ante estos desafíos.
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