
Tailandia busca atraer inversiones en semiconductores en medio de la guerra comercial entre EE. UU.
El país prepara un plan estratégico para fortalecer su industria de chips, buscando aprovechar el impacto del conflicto comercial entre las dos potencias globales.
Tailandia se está moviendo rápido para convertirse en un jugador clave del sector de semiconductores.
En los próximos 90 días, el gobierno planea presentar un borrador inicial de su plan estratégico para atraer inversiones en este sector, según Narit Therdsteerasukdi, secretario general del Consejo de Inversiones de Tailandia (BOI, por sus siglas en inglés), citado por Reuters.
Esta iniciativa surge en el contexto de la guerra comercial reactivada entre Estados Unidos y China, ahora impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump.
Inversión extranjera y nueva estrategia
El país asiático ha iniciado gestiones para atraer a inversionistas clave mediante giras promocionales en Estados Unidos y Japón.
En palabras de Narit, el enfoque está en sectores específicos como los semiconductores utilizados en vehículos eléctricos, centros de datos y sistemas de almacenamiento de energía.
La competencia entre China y Estados Unidos por la supremacía tecnológica ha generado un reacomodo en las cadenas de suministro globales, lo que ha beneficiado a algunas economías del sudeste asiático. El reciente anuncio de un arancel del 10% a productos chinos por parte de Trump refuerza esta tendencia.
En 2023, Tailandia recibió solicitudes de inversión por un valor récord de 1,14 billones de baht (33.500 millones de dólares), un aumento del 35% respecto al año anterior. Para 2029, el gobierno tailandés espera atraer nuevas inversiones en semiconductores por un valor de 500.000 millones de baht.
Competencia regional y expansión industrial
Empresas como Analog Devices, Sony, Toshiba e Infineon ya cuentan con instalaciones en Tailandia. Por otro lado, firmas como Foxsemicon también han anunciado proyectos recientes.
Además, el país ha experimentado un crecimiento acelerado en la fabricación de placas de circuito impreso, componentes esenciales para dispositivos electrónicos como smartphones y vehículos eléctricos.
Sin embargo, Tailandia no está sola en esta carrera. Malasia, que representa el 13% de las actividades globales de prueba y empaquetado de chips, busca atraer más de 100.000 millones de dólares en inversiones.
Pese a ello, Narit considera que la neutralidad política de Tailandia es una ventaja significativa para los inversores en un contexto de tensiones comerciales.
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