Indra lidera el primer gran proyecto de chips fotónicos en España
La tecnológica se convierte en el principal socio de SPARC, la planta que arrancará en 2027 en Vigo y busca posicionarse como referente europeo.
La empresa Indra ha dado un paso estratégico al tomar el control de SPARC, la primera planta de chips fotónicos en España, con sede en Vigo.
Esta fábrica, que comenzará a operar en 2027, tiene como objetivo liderar la producción europea de semiconductores de nueva generación, basados en el uso de luz en lugar de electricidad para transmitir información.
Con una inversión de 20 millones de euros, Indra se ha convertido en el accionista mayoritario con el 37 % del capital. Este movimiento se suma a la inyección de 17,2 millones por parte de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), lo que coloca al Estado como segundo socio.
A esto se añade la participación del Consorcio de la Zona Franca de Vigo, Vigo Activo, el empresario Enrique García Chillón y la Universidad de Vigo, que impulsó el proyecto desde sus inicios. La sociedad SPARC alcanza así un capital social de 40 millones de euros.
Un ecosistema fotónico con sello gallego
La planta se ubicará en el Parque Tecnológico de Valadares y se perfila como una referencia en la producción de obleas de fosfuro de indio, arseniuro de galio y nitruro de galio, materiales fundamentales en sectores como las telecomunicaciones, la automoción, la computación cuántica o la medicina.
SPARC adoptará el modelo one-stop-shop, especializado en fabricar circuitos integrados fotónicos para distintos ámbitos, incluidas tecnologías de defensa.
Además de la fábrica, el proyecto contempla la creación de un centro tecnológico y de formación, clave para fomentar la transferencia de conocimiento y el desarrollo de talento especializado en Galicia.
Según Francisco Díaz, CEO de SPARC, “esto marca un antes y un después en la industria fotónica en España y Europa”.
Impacto laboral y tecnológico para Vigo y más allá
Se prevé la creación de 200 empleos directos y 550 indirectos, lo que supondrá un impulso al empleo cualificado y a la atracción de talento internacional.
Para el alcalde de Vigo, Abel Caballero, este proyecto representa “una industria de altísima tecnología y posibilidades ilimitadas” que transformará la ciudad.
