China investiga subsidios de EE. UU. por «daños» a fabricantes de chips chinos
El gobierno chino abrirá una investigación sobre los subsidios estadounidenses a la industria de semiconductores, alegando que perjudican a los productores chinos de chips más antiguos.
El Ministerio de Comercio de China ha anunciado que iniciará una investigación sobre los subsidios otorgados por el gobierno de EE. UU. a su sector de semiconductores, argumentando que estas ayudas han causado daño a los fabricantes chinos de chips de «nodo maduro».
Estos chips, a diferencia de los más avanzados que alimentan modelos de inteligencia artificial, son más baratos, fáciles de producir y se utilizan en tareas menos complejas, como electrodomésticos y sistemas de comunicación.
Tensiones entre Beijing y Washington
La investigación llega en medio de las crecientes tensiones comerciales entre Beijing y Washington.
Este es solo el último movimiento en una serie de represalias de China contra las restricciones impuestas por el gobierno de Joe Biden, quien ha señalado que el dominio de China en las cadenas globales de suministro de semiconductores podría fortalecer su poderío militar y tecnológico.
El Ministerio de Comercio de China sostuvo que la administración Biden ha otorgado grandes cantidades de subsidios a la industria de los semiconductores, lo que ha dado a las empresas estadounidenses una ventaja competitiva injusta, además de exportar productos de chips de nodo maduro a precios bajos que afectan a la industria local china.
Respaldo de la industria china
Poco después del anuncio, la Asociación de la Industria de Semiconductores de China respaldó la investigación en un comunicado.
Según esta organización, que agrupa a las principales empresas de chips del país, la ley estadounidense CHIPS and Science Act de 2022, que prometió 52,7 mil millones de dólares en subsidios para la producción, investigación y desarrollo de semiconductores, “viola gravemente las leyes básicas de la economía de mercado”.
La acusación de China se alinea con las medidas tomadas por EE. UU., que en septiembre implementó un aumento de aranceles sobre las importaciones de chips chinos.
Además, lanzó una investigación sobre la industria china de chips maduros, alegando que el gobierno chino había expandido la capacidad de producción de manera artificial, reduciendo precios y distorsionando la competencia utilizando fondos estatales.
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